Pequeños y escondidos están ahí, simulando ser algo especial pero que en realidad están tristes solos y con miedo. Simulando tener esperanzas a que esos pequeños huecos alguna vez sean rellenos con los sentimientos que le hacen falta a mi autoestima que está por lo suelos. Que por lo menos una vez pueda tirar ese ramo de flores en mi boda o cogerlo, simplemente, en la boda de una amiga. Si es que de aquella me quedan amigas de verdad. Y esa sonrisa tan pícara no se compara con la tuya, llena de alegría y llena de cosas que jamás dirías. Tu sonrisa es algo que me hace enloquecer, pero de esa manera en la que dices: Con ella, por siempre. Pero tú ahora me ignoras, ignoras si quiera mi nombre y das gracias a que yo no me atreva a dar el paso de hablarte. Pero, ¿qué quieres que te diga? te echo de menos, también echo de menos a esa pequeña valiente que era yo, antes de que nuestra pelea empezara a surgir de tal manera que ni siquiera me mires aunque esté en el medio del pasillo con la ropa más llamativa.Mis complicaciones favoritas.
