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¿Quién dice basta? ¿Quién dice basta cuando se te estruja el pecho? Cuando piensas en algo y te callas, cuando miras a tu alrededor y, por mucha gente que haya, te sientes sola. A veces me pregunto si existe un miedo mayor que la soledad, que estarse ahogando y que nadie te tienda la mano.
Puede que yo me haya sentido sola siempre, que sienta que nadie está ahí para protegerme, ni para regalarme una sonrisa tanto en los buenos como en los malos momentos. Puede que siempre haya sentido que nadie me quiere.
Pero también sentir que yo no quiero a nadie.
¿Que son los celos, la envidia y el odio que cada día me va comiendo poco a poco? ¿Por qué unos tienen lo que yo no puedo tener? ¿Por qué yo tengo lo que otros ansían?
¿Que se espera de mí si yo no quiero que esperen nada?
A veces me pregunto cosas como: ¿quién fabrica los recuerdos que nos llevamos de cada viaje? ¿quién recoge cada día la basura del contenedor que está en frente de mi casa? ¿quién borra los graffitis que un rebelde se atrevió a pintar? ¿quién puede tener la imaginación de crear los anuncios de televisión? ¿quién estudia cuánto tiempo, de media, dura un parpadeo?
La curiosidad.
¿A caso las personas curiosas, todas ellas, son menos, tan o más importantes que yo?
¿Dónde están los límites? ¿Cuándo me puedo sentir sola? ¿Cuándo puedo sentir que nadie me extraña?  ¿Cuándo tengo el poder de decidir sin condiciones? ¿O es que el hecho de poder elegir frente a varias situaciones ya me hace más importante? ¿Me hace menos en realidad? ¿Cuándo sé que quien me sonríe lo hace por simpatía y no por burla? ¿Cuándo he de comprender que insistir no es vida? Que a veces hay que dejarse perseguir.
Sentirse útil, necesario... importante.
¿Es el que inventó la electricidad importante? ¿Es el que inventó el pintalabios un ídolo? ¿Es la mujer más guapa del mundo un personaje a seguir?
¿Quién manda?
¿Quién obedece?
¿Quien dice basta?

Envidia, soledad y autoestima baja.

A veces me siento sola. Me siento sola porque miro a mi alrededor y no hay nadie que me devuelva la mirada, porque río y nadie ríe conmigo, porque lloro y nadie me tiende sus brazos. Y vivo con miedo, miedo a estar sola. Porque ahí fuera muchos te comen, te comen hasta devorarte entera y, algunas veces, hasta sin darte cuenta. Quizás es porque me falta seguridad en mí misma y me da vergüenza y miedo todo, todo aquello que dependa de mí. ¿Depende de mí estar sola? ¿Depende de mí que alguien me llame para decirme de ir a tomar algo? ¿Depende de mí que alguien me tienda una mano cuando ya me he caído mil veces? Y es el miedo, el miedo a estar sola lo que hace que tenga miedo a no gustarle a la gente, lo que hace que acabe sola. Parece un bucle, un bucle infinito. Un bucle infinito de puñales. Y muchas veces digo "Tú puedes" pero no puedo. No puedo porque me siento mediocre, alguien que se pudre por dentro poco a poco y a la que nadie va a ir a ayudar. Nadie va a correr a rescatarme porque cuando estás sola existen muchas desventajas pero una de ellas es que, si estás sola, nadie está a tu alrededor, nadie puede verte y ayudarte. Y quizás es porque yo aún no he ayudado a la gente necesaria, o es que quizás nadie vaya a ayudarme jamás.
Y eso es otra cosa que odio de mí. Creo que todo tiene que ser hecho a cambio de algo. Y cuando yo hago las cosas por mí misma me veo perdida, siento que nadie puede hacerlo peor que yo. Me siento tan pequeñita.
Miro a mi madre y la admiro. Aunque muchas veces lo cuente con gracia, admiro su forma de poder hablar con cualquier persona, independientemente de lo que esa persona piense. Y si no le sigue la conversación, hace como si nada. Y NO LE IMPORTA.
También admiro a mi padre, es capaz de hacer muchas cosas por los demás, pero a veces las necesarias. Porque sabe controlar, conoce tanto el mundo que me fascina. Sabe tantas cosas de la vida que siempre lo cuento con orgullo y lo defendería siempre. Es capaz de decir con seguridad hasta cosas que no cree con seguridad. Pero ESTÁ SEGURO DE SÍ MISMO.
Mi hermana también es increíble. Tiene a muchas personas que le quieren a su alrededor y siempre le envidié por eso. Tiene a esas amigas y a esos amigos de siempre a su lado, independientemente de con lo que le cuente mi hermana nuevo. Porque tiene una novia que le quiere, a la distancia, a mucha distancia y la admiro por ello. Porque es capaz de querer a alguien que está a muchos kilómetros lejos de su lado pero también es capaz de querer y cuidar a las que tiene a su lado. Y LE QUIEREN MUCHO Y MUCHAS PERSONAS. Porque se lo merece, porque es muy buena persona..
Y yo, a su lado, admirando y observando. Porque dejo que papá me diga si un trabajo está bien o mal porque no me fío de que esté bien si lo entrego tal cual lo he hecho yo, porque dejo que mi madre sufra demasiado mis problemas, tanto de alimentación como de personalidad y porque dejo que mi hermana me haga la comida porque yo sé que lo voy a hacer mal.
Y por eso siempre tengo la necesidad de tener a alguien al lado, de tener a alguien a quien querer y que me quiera: porque no soporto estar sola. Y lo peor de todo es que lo hago sin querer. No he estado soltera casi ningún día desde mi primer novio porque necesito a alguien que me diga que no estoy sola, aunque me sienta así.

Everything's gonna be allright

A veces solo hace falta un pequeño empujón cuando estás perdida. Porque miras para los lados, pasa el tiempo, y parece que pasa lento. Porque quieres mirar más allá, pero no eres capaz, o no quieres. Solo te sientas y esperas y no te das cuenta de que pierdes el tiempo. Pero te da igual. Y no sabes qué hacer. Miras al pasado y parece que todo te lleva a él, que te arrastra como la marea, como en los sueños en los que mueves las piernas pero en realidad no avanzas; y jurarías que corres pero solo vas para atrás. Aún así sudas, y te quieres limpiar y no puedes. Nada te dice que lo hagas, nadie te echa la mano para hacer que avances. Por eso a veces solo necesitas ver la punta de un dedo para agarrarte y salir del pozo, para agarrarte fuerte y coger esa oportunidad que te puede salvar. Y ya está permitido sonreír, porque es ahí, justo en el momento que ya estás en el fondo, oscuro y frío, cuando ya lo das todo por perdido, cuando ya piensas que solo das vueltas alrededor del mismo círculo, cuando, de repente, aparece una luz que destella de una sonrisa. ¡Qué más quisieran todos tener esa oportunidad! Esa oportunidad de encontrar a alguien que te deja respirar tranquilo, que te dice sin querer que vivas el presente y te hace sentir como recién duchada, recién levantada o como cuando estás de vacaciones: te hace sentir a gusto. Te hace ver que las mejores cosas suceden sin que lo planees o sin que te lo esperes.

Porque cuando ya nada era, alguien hace que todo sea. 

Improvisación

En realidad dejó de gustarme él, pero era una persona muy importante en mi vida. Con el que compartí muchas cosas, secretos, momentos, lloros y sonrisas. Era la persona en la que más confiaba, con la que era yo misma totalmente, con la que sabía que podía ir sin arreglar y me vería guapísima igual. Y no le echo tanto de menos a él como echo de menos tener a mi lado a alguien así, esa seguridad y tranquilidad, ese estoy mal y él viene corriendo; estuviese lo que estuviera haciendo, él venía. Ese estar feliz con solo verle feliz. Apoyarse el uno al otro, pasar los problemas juntos, ser su hombro cuando necesitaba llorar, o ser oídos cuando quería que le escuchasen.

14.03.14 Improvisación.

MSC

Who cares?

Es como si te faltara el aire. ¿Qué me retiene ahí? ¿Quién eres? ¿Quién soy? Y te echo de menos. Quiero abrazarte, darte besos en la cara y asegurarte que todo va bien, que todo podrá ir bien sin el otro, que aunque nuestras manos estén a metros y metros de distancia noto tu piel aún. Porque te fuiste de mi vida hace mucho a pesar de que nuestros ojos dejaron de encontrarse hace poco, pero aún reside una parte de ti en mí, porque te llevo conmigo allí dondequiera que vaya.

Juraría tres mil quinientas sesenta y siete veces que quiero que todo te vaya bien, que si quieres un abrazo allí estaré; si quieres que alguien te escuche, yo seré oídos por ti; porque si quieres ver a alguien hacer el pino lo haré tres veces; porque si necesitas apoyo, yo seré cien bastones.

Qué más quisiera yo que no te fueras, que siguieras ahí por el resto de mis días, que no te escapases de mis brazos nunca. Pero te tuviste que ir porque ya nada nos unía. Y, joder, he vivido tanto contigo que hasta mi corazón reclama ese calor que tú me dabas, se congela y no tiene manta.

Tengo ganas de ponerte en frente y tocar tu piel, que cierres los ojos y sientas como mis dedos pasan por tu frente, tus pómulos y tus labios; que te desnudes y que sientas mis caricias por tu espalda, y mis besos a lo largo de ella, mientras te doy un abrazo por detrás; sintiéndome más protegida que nunca. Que me cojas la mano y me hagas temblar, que me des seguridad, que seas mi chaleco antibalas. Oír tu respiración oreja contra oreja. Y, mierda, sentir tu calor. Porque fuiste tan importante que sé que si me siento así, protegida, acogida en tus brazos, es porque tú también estás bien. Solo quiero eso, que tu sonrisa no se vaya nunca más.

Puede que tengas tus manías, tus peros y esas cosas que me ponen de los nervios, sin embargo, eres tan grande que me cuesta pensar que para el mundo solo eres uno más. Eres una de las mejores personas que he conocido y solo quiero que el planeta sepa que lo eres, que nadie te desperdicie, porque iría yo a cogerte a la basura y seguirías brillando.

Quizás me has fallado como yo te había fallado a ti, y eso fue lo que rompió la cadena que nos unía, de hierro, de acero y de cemento; pero aquello que vivimos jamás se olvida. Porque cierro los ojos y parece que vuelvo a sentir eso que me hacías sentir tú y que nadie más es capaz.

A pesar de todo te quiero, y nada va a cambiarlo. Nada.

14/03/2014

MSC

Puta escoria

Lo peor de todo es que quiero y no puedo. A veces me guía la necesidad y cuando llega el momento me rajo.

¿Qué mierda me pasa?

Qué fácil, aunque largo, resultó olvidar al otro contigo y qué difícil es encontrar a alguien que me haga sentir cómo tú lo hiciste. Y no eres tú lo que quiero recuperar, es la sensación de mirar a alguien y no ver nada más. A esto lo llaman "ni contigo ni sin ti", yo lo llamo "menuda putada".