A palabras necias, oídos sordos.

A palabras necias, oídos sordos.

Mis Complicaciones Favoritas

A world so hateful some would rather die than be who they are

23.7.11

First play.

Y, entonces, lo conocí. Era un día soleado, yo llevaba cualquier camiseta con uno de mis pantalones preferidos de aquella. En ese momento yo estaba sonriendo, mirando a mi mejor amigo como nunca, él estaba ahí en todo y jamás de los jamases había visto esa sonrisa de enamorado en su cara -bueno, quizás, un año atrás sí-. Su novia se balanceaba con él en un compás que seguía los latidos de mi corazón. Y sonreían. Tan pronto bostecé, teniendo una cara espantosa oí una voz proveniente de mi izquierda. Al fondo de esa voz divisé a mi ex novio, simplemente echando miraditas de vez en cuando para mi grupo de amigos y hablando y coqueteando con otras chicas. Por primera vez, mi corazón no se partió en dos y desvié la mirada, atenta al rubio de ojos azules que venía con una cara tranquila y hacía una mueca con sus sonrosados labios. 

—Eh, chica.— Su voz era tan distinta a como uno se podía imaginar; era tan aguda.— No tendrás un pañuelo por ahí.

Y entonces, el grupo de mis amigos me miró tan profundamente, alguno que otro distraído y él, mi mejor amigo, con una vaga concentración de picardía en sus ojos. Tan solo pude negar con la cabeza despacio, con unos coloretes puestos en mis mejillas.
Descubrí, entonces, cuando se iba a dar la vuelta que tenía una gran herida en su rodilla, que no paraba de disparar sangre, lentamente. Mi cara debía ser de espanto, ya que él echó una leve risotada echándose para delante mientras soltaba uno que otro taco.
Ella. Mi amiga se giró y le entregó un pañuelo. Y pude notar el leve roce que se daban en ambas manos, el uno con el otro. Ella pareció notarlo, él no. 
Sentí mi corazón levitar tan rápido cuando una sonrisa se le escapó de la boca, que pensaba que no podría hablar en mucho tiempo.

—Gracias, chica.—Y su aguda voz apareció en escena.

Mi amiga solo atinó a sonreírle coqueta, pero no de un coqueto morboso, sino de uno dulce y calmado, como era ella. 
Y sonreí pensando en su sonrisa. 
Lo vi alejarse y, en ese preciso instante una mirada me fusilaba, me taladraba. En el fondo, mi ex novio con su mirada penetrante y de un color miel parpadeaba ante mi mirada verdosa, tan diferente a cuando era época de invierno... cuando salía con él, cuando aún no habíamos discutido después de ocho meses.
Miré al chico herido, no sabía su nombre y, realmente, en aquel momento, no me importaba nada. Estaba sin camiseta, con unos pantalones recién cortados -que ahora no recuerdo exactamente su color- y una gorra azul, como sus ojos.  Desvié mi mirada y seguí hablando con mis amigos. ¿Lo volvería a ver? 
Claro que sí.
 MIS COMPLICACIONES FAVORITAS.

Secrets.

Los secretos solo son un leve síntoma de vergüenza.
MIS COMPLICACIONES FAVORITAS