-¡Te quiero!
-¿Sí?
-Sí, ¿y sabes por qué?
-¿Por qué?
-Pues porque sí.
-¿Porque sí?
-¿Hay alguna razón del por qué mi corazón late a mil por hora cuando estoy contigo, que mi mano tiemble cuando tú me rozas, que sonría al instante de ver tu sonrisa, que dibuje corazones pensando en ti, que la unión de mi locura y mi responsabilidad eres tú, que tu formes la palabra amor en mi diccionario o que me gusten cada uno de tus defectos?
-¿Tengo muchos?
-¿Muchos qué?
-Defectos.
-No muchos, pero uno grave.
-¿Cuál?
-Que te interesa más saber cuáles son tus defectos a saber que estoy completamente enamorado de ti.
-Es que no me sorprende.
-¿Por qué no?
-Pues... porque no.
Y sus labios dibujan una fina sonrisa, tan mágica y resplandeciente que parece pura magia, mientras un cosquilleo leve recorre todo mi cuerpo haciendo brillar mis ojos como nunca antes, como una estrella en plena noche; y me escondo, cierro los ojos y suspiro. Tiemblo tanto que tengo miedo a desvanecerme allí mismo. Pero antes de alcanzar a abrir los ojos unos labios se posan sobre los míos, y no es un beso... es simplemente, un día nuevo, reluciente e inesperado, es... mi futuro, mi futuro con ella.
MIS COMPLICACIONES FAVORITAS.