Ultimátum

He vuelto a ese punto de autodestrucción. A suplicar, a no querer estar sola. Siento rabia y tristeza al mismo tiempo. Siento temor por aquello que viene, por algo que pasó. Siento celos porque algo en mi interior dice: mediocre, mediocre, mediocre. Que cualquiera estaría lejos si fuese posible. Que nadie me quiere, que nadie me aprecia, que cualquiera cambiaría nada por mí. Un cero a la izquierda, una mala suerte que se cruza por el camino. ¿Debo dejarlo ir? Si todo el mundo se da cuenta, en mis ojos, en mi expresión, en mi ser. Quiere irse, irse lejos, dejarme aquí. No puede más, no puede ni mirarme a los ojos. ¿Es otra oportunidad por pena? Volvemos al bucle, al inicio de todas mis pesadillas, de todos mis recuerdos, de todo mi dolor. Se repite la historia, el no soportarme, el dejarme ir. Se repite aquello que me hizo temer, que me hizo dudar de mí misma. Aquella relación tóxica que me volvió a mí insoportable. Las dudas, las malditas dudas. ¿Quién va a quererme a mí si hay mil peces en el mar? ¿Quién podría elegirme a mí? Y si ahora doy pena. Otra oportunidad y doy pena, me deprimo y ya no puedo decir lo que pienso, lo que siento, lo que soy. Ya no podré reprochar nada, ¿es esto lo que me merezco? Porque no soy mezquina, no hay maldad en mí que no sea hacia mí misma. ¿Y por qué todos huyen? ¿Por qué nadie quiere estar a mi lado? ¿Por qué no soy especial para nadie? Y me late el corazón a mil por hora, porque no puedo soportarlo, porque tengo mil y un problemas en mi cabeza que afectan a mi mirada, a mis gestos, a mi ser. Y yo no quiero ser así. Quiero ser libre, libre con alguien. Que me demuestre que valgo la pena, que me bese hasta quedarse sin labios, que me haga sentir especial, que no me haga sentir una más, una cualquiera, que no me haga ser así. ¿Es mucho pedir? Que me quieran con mis virtudes y mis defectos, con todo, con todo su corazón. Que dé todo por mí. ¿Es ese amor de película real o es una ficción creada para entristecerme? ¿Soy yo la única que se siente así? Que siente ese vacío inmenso, que nota que no hay nada, ni siquiera yo misma, que pueda solucionar el problema que soy yo, entera. Porque nadie me quiere entera. Me quiere callada, sumisa, sin sentimientos. Me quiere como “amiga de”, “novia de”, “esa”, “¿quién?”. Y eso me pregunto yo: ¿quién soy? ¿soy yo misma ante ojos ajenos a los míos? ¿soy yo misma ante mis ojos? Porque me veo al espejo y desearía ser otra persona. Desearía desaparecer. ¿Qué sería el mundo sin mí? ¿Mis padres merecían que yo naciese? ¿Por qué yo? ¿Por qué se decidió que yo sí? ¿Se decide? Y soy atea. Soy atea porque si hubiera Dios no me hubiera elegido a mí, aquí, en un mundo privilegiado. Nadie me hubiera elegido a mí. Ni siquiera yo. MSC

Vivir

A veces me paro a pensar en la vida y parece que estoy muerta. No siento y no vivo las cosas. Quiero ser alguien que a cada problema le ponga una sonrisa, que cada obstáculo le dé fuerzas para saltarlo, que cada persona que se vaya de su lado, le recuerde como algo inolvidable. Me siento vacía por dentro, sin ganas de nada y, a la vez, queriendo tener ganas de todo. Quiero dejar de sentir esta presión en el pecho, esos gritos que vocifera mi corazón pidiendo ayuda. Se está rompiendo lentamente; oigo cómo se destroza cacho a cacho. ¿Cómo puedo explicarlo sin sentirme egoísta? Que mi cuerpo y mi alma están reclamando atención, que quieren ser escuchados, hablados e, incluso, amados. Quieren sentir caricias, palabras bonitas, amistad y amor. De vez en cuando me lo susurran, a veces me lo dicen y, la mayoría de veces, me lo gritan. Y, para que yo lo vea, hacen que mis ojos se vuelvan más verdes. "Alba, ahí tienes la prueba. Llora y sentirás nuestro dolor." Que todo esto me desgarra. Me araña el pecho. Incluso, me coge la garganta impidiéndome respirar. ¡Qué perdida estoy! Estos sentimientos hacen que sepa que estoy viva. Que puedo cambiarlo. Que soy fuerte. Que puedo con todo. Que se puede superar. Que puedo sonreír a los problemas. Que puedo saltar obstáculos. Que siempre habrá alguien que me recuerde con una sonrisa. Solo necesito a esa gente que me quiere para seguir adelante. Supongo que gracias por hacerme ver que vivir se trata de sentir. Y yo no estoy muerta, porque aún os siento a mi lado.

MSC

I just need one good one to stay

Te echo de menos. Y no sé cómo controlarlo. Estoy nerviosa. Se me revuelven las tripas cada vez que pienso en ti y tengo ganas de vomitar. Vomitar todas las cosas que te quiero decir y repetir las que ya he trasmitido con los ojos. Necesito verte a los ojos y saber que me sigues queriendo.
Algo me aprieta el pecho; me ahoga.
Dudaba y dudo. ¿Qué coño siento?
Doy mil y una vueltas pensando en ti en mi cama y hacía tiempo que no me costaba tanto entrar en el sueño para poder pensar en ti en otro mundo totalmente diferente a este, en donde tú y yo estamos separados por decisión de ambos.
Necesito saber qué piensas, qué sientes y si estás bien.
Me duele todo.
Estoy contenta y triste a la vez; estoy eufórica. Y son tanto altibajos y tantas emociones juntas que me mareo. De veras que me mareo; se me nubla todo y tengo que sentarme para decirle a mi corazón que deje de latir tan rápido.
No me hubiera imaginado nunca antes que necesitaría tanto olerte y tocarte; abrazarte. Muchas veces te he necesitado para abrazarte muy fuerte, pero esta vez necesito que me trasmitas calma, amistad y fidelidad. Fiel a mi amor por ti, sea en el sentido que sea.
Te echo de menos como persona.
Y esto me está consumiendo.
Cógeme que me caigo.
Cógeme, por favor.

MSC

Dancing on my own

A pesar del tiempo, aquí estoy, y sigo estando sola. Igual que siempre, ¿verdad?

Siento que mientras la vida pasa yo me quedo mirando cómo los demás la disfrutan. Que quiero bailar y al final acabo bailando sola, que quiero hablar y al final nadie me oye porque no estoy hablando en alto, solo lo pienso.

Qué atrevido es el mundo pidiendo respuestas sin saber siquiera la pregunta. Y yo no me atrevo a formularlas. Que se me acercan y yo me alejo. Que me mienten y yo sigo mirándoles a los ojos. Que me hacen daño y yo misma me saco los cuchillos.  ¿A qué estoy esperando? 

Que ya no quiero bailar ni hablar, que quiero gritar, desahogarme y que nadie me haga preguntas.

Quiero ser la primera opción de alguien, que conozca la parte original de mí, que sepa que soy especial. Como ya dije más de una vez: las apariencias engañan, y más apariencia que yo no tiene nadie; a la par que coraza que no deja ver.

Podré esperar que pase algo hoy, como hago siempre, pero hay algo en mí que no quiere salir. Y me pregunto, ¿qué defectos son los que quiero realmente esconder cuando la cago con cualquiera que enseño?

Pero qué cojones me voy a preguntar si ni siquiera soporto las preguntas de los demás.

MCP

+

Hacía tiempo que no escribía y es que yo solo escribo cuando estoy triste.
Qué feliz me hace.

Tampoco es lo que parece

Sé que he estado hablando de soledad y celos, muchos celos. Soy celosa, mira tú.
Yo he sido levemente celosa, en poquísimas ocasiones. Ahora lo soy mucho.
Pero soy feliz, lo prometo.
Aunque esto me lo hace pasar realmente mal.
No quiero ser celosa y sé que no tengo porqué serlo.
Creo que ya se sabrá dónde tengo la autoestima. Y ese es un factor clave.
Le quiero tantísimo. Y es tan guapo. Y tan como yo. Y tan bueno en la cama. Y tan picarón. Y tan amable. Y tan listo. Y besa tan bien. Y me abraza, me abraza muchísimo. Me dice lo guapa que soy cada día. Y me cuida. Y me quiere. Y me mima.
No dudo de él, dudo de las tentaciones que le puede dar la vida. Siempre mejor que yo. Son celos emocionales e irracionales.
Celos de que otra se enfade menos que yo, sea más guapa, no tenga acné, tenga los dientes súper blancos y una frente lisa y pequeñita. Celos de que sea más delgada, más femenina.
Puede mirar, desde luego que puede mirar. Y se podrá enamorar, pero es lo que me lleva a la duda.
No sé si he alimentado al propio monstruo. El no admitirlo hacía incluso que lo fuese menos.
Tengo miedo y quiero dejar de tenerlo.
Me gusta tanto y a veces me pregunto porqué está conmigo.
Me encanta.
Es genial, os lo juro.
Es fantástico.
(Voy a hacerme llorar ahora mismo).
A veces me carcome su pasado y me muerdo los labios y los propios dientes.
Y me callo porque hasta yo me doy cuenta y soy consciente de los celos.
Y quiero que se vayan de una vez.
Soy celosa y soy consciente de ello, pero no puedo evitar que se me revuelva el estómago cada vez que suena la alarma de PELIGRO.
Su pasado lo odio.
Jamás me había sentido peor que aquel día  que confesó haberse enamorado de una chica en su época tan rápido... No como de mí, que no sabía si me quería o no, si quería o no algo conmigo... Me hizo sentirme tan mal.
Y eso que jamás fui celosa.
Ahora lo soy e intento callármelo por el bien de los dos.
Pero a veces me siento tan mal. Al sentirlos y al saber que los siento. Creo que me destruye por dentro.
Y lo peor es que él no es celoso. Y a veces me gustaría que aunque fuera de broma me dijese algo para saber que no crea que soy totalmente suya.
Jamás le sería infiel, jamás cometería los horrorosos errores del pasado con él. Porque él es diferente. Creo que estoy enamoradísima de ese chico, ya lo creo.
Le quiero tanto.
Y me hace feliz desahogarme.
Sé que no es un texto bonito pero ¿para qué tengo yo esto? Para soltarme y decir lo que pienso.
Y lo que pienso es que las celos son una mierda y hace que te pierdas una parte de lo maravilloso que es el amor.

MSC

Let me live.

Me siento.
Estúpida.
Sola.
Imbécil.
Enfadada.
Ni un cero a la izquierda.
Tonta.
Odiosa.
Celosa.
Odiada.
Manipulada.
Olvidada.
Usada y tirada.
Nada.
Anti sociable.
Mentida.
Irritable.
Eliminada.
Robada.
Dañada.
Ahogada.

No hay peor miedo que sentirme sola (¿cuántas veces he dicho yo esto?). Envidio a todas aquellas personas que tengan amigos de toda confianza, que llamen a alguien y digan: sí, claro, para ti siempre estoy libre. Que te llamen para tomar algo. Que te unan en sus planes.
Envidio a todas aquellas personas que tienen a una alma gemela a su lado, a una persona que le puedas contar todo, absolutamente todo y saber que jamás te va a juzgar.
Envidio que aquellas amigas que tenía, tengan a otros amigos y sean su preferencia antes que el mismo grupo (o sea, yo).
Envidio a todos aquellos que me dicen: salgo a tomar algo, luego te hablo (y no te hablan) o ahora no puedo, te contesto luego (y no contestan).
Envidio a las personas que son capaces de sentirse apoyadas, protegidas y con una mano que siempre le va a levantar.
Estoy aburrida de mi casa y de estudiar.
Me he encerrado tanto en unas pocas personas que ahora que no las tengo, no tengo a nadie.
No os lo recomiendo.
Me voy a ir, y sé que no voy a hacer los amigos que todos hacen en este viaje. Y si alguno hago, jamás me llamarán de dondequiera que sean invitándome a su casa o que me llamen cuando pasen por aquí.
Y hay algo que no me puesto:
Me siento hundida (¡ponte las botas, que viene el agua!)

MSC